Hola, permiso, un momento por favor, gracias

Hola, permiso, un momento por favor, gracias. Hola, un momento por favor, gracias, permiso. Esto es todo lo que sé. Estas son las únicas expresiones que puedo decir. Ni una más, ni una menos. Soy un pianito de juguete de los ´90, que en vez de melodías tiene estas cuatro grabaciones. Saludo, disculpa, agradecimiento y un momento por favor. Hace ocho meses que vivo en Tokio. Entiendo cuando me las dicen pero no puedo leerlas. Konichiwa, sumimasen, arigato gozaimas, chotto matte kudasai. 

Así empieza el libro que estoy escribiendo, una crónica sobre mi vida en Tokio. Mi vida nueva triple M, mujer, mamá y migrante. Ya éramos extranjeros en Barcelona, donde estuvimos dos años y medio, pero acá es diferente. Todo lo que te puedas imaginar es diferente. Se maneja por la izquierda, las estaciones de subte son un mundo, la mayoría de los negocios está dentro de los edificios, los edificios no comparten medianera -están separados por uno o dos metros-, tiembla -de temblor- más o menos una vez por semana, el karaoke es en salas privadas -quise ir la semana pasada a las 11 de la mañana de un martes y estaba todo ocupado- no se puede hablar por celular en las cafeterías, en el subte ni en las salas de espera, hay máquinas expenedoras de bebidas por todos lados, los chicos andan solos por la calle desde los seis años, por la calle podés encontrar cualquier cosa, porque nadie toca nada que no es suyo, entonces si a alguien se le cae algo todos lo dejan ahí o lo ponen en un lugar cerca más visible así la persona que lo perdió puede volver a buscarlo -estamos hablando de guantes, bolsos, llaves, celulares- y me olvidaba: hay baños públicos por todos lados, están impecables de limpios, tienen papel, sillita para sentar al nene y el inodoro con mil botones, que la temperatura, el bidet -nunca lo probé- ¡¡¡y la música!!!!

Todo tiene indicaciones escritas en japonés, en inglés, en chino y con ilustraciones. Es muy fácil manejarse. Pero es difícil encontrar gente que hable inglés. Entonces, -de verdad que- la vida es fácil pero muy solitaria. Sí, hay otros extranjeros pero Tokio es la ciudad más grande del planeta con más de 37 millones de habitantes, las distancias son enormes, y aunque con el subte llegás a todos lados, lleva tiempo trasladarse y me organizo lo mejor que puedo, pero con un nene de dos años y tres meses. Y respecto a los amigos y la familia, hay un tema, ¡yo vivo en el futuro! Tenemos doce horas de diferencia horaria. Entonces podemos hablar a la mañana o a la noche. Si es mi noche, es la mañana de Argentina del mismo día. Pero cuando es mi mañana yo ya estoy en el día siguiente. 

Estoy obsesionada con Otemachi

La estación de subte Otemachi conecta 13 estaciones y 28 líneas de trenes / subtes. Me fijé en Google maps y el área es de más o menos 2km de un lado y 900 m del otro. Fijate en el mapa, las calles subterráneas son las celestes y en ese mundo bajo tierra hay negocios, restaurantes y shoppings que siguen hacia arriba. Podes moverte todo por abajo sin tocar la calle. Entrás a los edificios desde el subte. 

No, no vi eso de que los empujen para entrar al subte. Mi agenda de mamá y ama de casa maneja otros horarios. 

Bueno, sigo escribiendo el libro…

Si te gustó el post compartilo con tus contactos.

Si querés que te vaya contando más de Japón dejame tu correo:

Subscribe

* indicates required

Intuit Mailchimp

5 comentarios de “Hola, permiso, un momento por favor, gracias”

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *