Tengo muchas fotos de Fes. Esta ciudad de Marruecos es una fiesta para cualquier fotografo principiante, saques lo que saques el resultado es excelente. Recopilé fotos de mujeres, la medina, gatos y cuento un poco de qué se trata el regateo.
Mujeres en Fes – Marruecos
En principio las mujeres de Marruecos, aquellas con las que nunca pude hablar. Las que no se ven en los bares y las que, a diferencia de los hombres políglotas, sólo hablan árabe.
Mientras desayunaba esa mañana establecí que sería día de compras. Ya había visitado los mercados pero con fines observadores y para sacar fotos, tenía que estar de humor y armada de paciencia para soportar el regateo. Es pesada la palabra soportar, y por eso la elegí. Abro un paréntesis en el tema de las mujeres para contar lo del regateo. Abro un paréntesis para describir el ritual del regateo que me resultaba agotador para seguir con el relato de las mujeres en el párrago siguiente.
¿Cómo funciona el regateo? Ritual de compra del mercado de Marruecos
Pasas cerca de un local, el vendedor está en la entrada, te mira, te escanea para determinar tu país de origen y de esta manera determina el idioma en el cuál preparará su armamento para venderte. Te saluda con una sonrisa, «Bienvenido!!!» (así empezaba el discurso en castellano, sí, en masculino aunque me hablaran a mi sola), «¿Cómo estás?» «¿De dónde eres?» «OH, Argentina, Messi» «Pasa a ver mi tienda» y antes de emitir esas palabras ya se habían colocado del lado de afuera para dejarte libre un único camino: hacia el centro del local. Empezabas a mirar las cosas, los locales son diminutos y están atiborrados de mercadería. Cuando veías algo que te interesaba occidentalmente preguntabas el precio del producto, que sería respondido con otra pregunta ¿cuántos querés? cuya respuesta está directamente ligada a la pregunta anterior nunca respondida. Según cuánto cueste el objeto en cuestión será cuántos quiera. Después de esta especie de baile en círculos, decime vos, no, decime, vos, «¿Cuánto cuesta?» «¿Cuántos querés?» «Buen precio para tí» Finalmente el vendedor menciona un número, que la verdad, tantas vueltas para escuchar algo tan fuera de sentido. El primer monto mencionado solía equivaler al valor del objeto pero como si estuviera bañado en oro. Bastaba escuchar la ansiada cifra para querer huir del lugar. Sin embargo, ahí comienza la segunda parte del ritual, otro tira y afloje, pero esta vez con números. Hubo muchas cosas que me gustaron y hubiera querido comprar pero terminé comprando solo tres pares de zapatos y un par de aros porque el sistema me resultaba agotador.
Habiendo descripto la situación ir de compras a lo marroquí, vuelvo aquella mañana que armada de paciencia había decidido efectivizar actos de compra. Ese día era viernes y mi plan original se vio frustrado porque la mayoría de los negocios estaba cerrado. Cuándo pregunté a qué se debía que los negocios no estuvieran abiertos la respuesta fue: es viernes! Cosa que yo ya sabía. Lo que no sabía era que los viernes tienen la misma función que un domingo católico. Es el día de oración y se va a la mezquita, en este caso.
Me cambiaron los planes y entonces fui para el barrio andaluz de Fes, donde para mí sorpresa, encontré a todas estas mujeres sentadas, una al lado de la otra, charlando con vista hacia la medina.


Y una de las fotos que más me gusta: en la parte de cerámicas del mercado con la mujer pasando haciendo juego.

Fotos de Fes, la medina


Gatos en Fes – Marruecos
Como en el resto de las ciudades de Marruecos, en Fes también abundan los gatos en sus calles.
Conocé la historia del día que me perdí en la medina de Fes
Si vas a viajar a Marruecos por primera te cuento lo que me hubiera gustado saber antes de ir
Si querés contratar un guía local de confianza te recomiendo a Mohamed con quien hice la excursión al desierto, muy amable y muy profesional.
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