Lo que más me impactó del Caribe fue el color del agua. El mar Argentino que era el mar de mi vida hasta entonces es color chocolate. El mar de Bermuda me hiponotizó, no podía dejar de mirarlo, mi cerebro estaba confeccionando la nueva ficha de mar. Parece un juego de palabras el agua del mar Caribe es verde agua en la distancia y transparente desde adentro.
Al trabajar en el crucero de lunes a lunes siempre es miércoles y nunca llega el fin de semana. Pero había lindos miércoles. Fuera del horario de trabajo disponés de tu vida y hasta podés tomar excursiones en los puertos si te encaja el horario o sí obtenés la buena voluntad de un compañero para que cubra tu puesto.
En Grand Turk me anoté a la excursión para ir a hacer snorkel, nadar con pececitos con patas de rana, antiparras, respirando por un tubo. Era la primera vez que lo hacía y si bien Instagram no estaba ni en la mente de sus desarrolladores (2006) yo quería retratar ese momento. Tenía una cámara digital pero me daba miedo que se moje y deje de funcionar así que no la llevé. En el muelle tomamos una lancha con un grupo de personas y había un chico filipino (prom de pilipins) que era de mi barco. Como tenía cámara le pedí si por favor me sacaba alguna foto.
Snorkel por primera vez
Con la lancha estacionada nos equipamos y pato al agua. Superado el inconveniente de respirar por un tubo era fascinante flotar libremente en el agua cálida rodeada de pececitos amarillos, rayados, azules, anaranjados, plateados, toda la paleta de colores aleteando alrededor. Era divertido seguirlos, encontrar otros, nadar sobre los corales. De repente vi una raya como de un metro ¡qué divertido! empecé a seguirla, yo estaba convencida de estar sumergida en un sensacional juego 3d, un museo virtual de las profundidades del mar. Recién fui consciente de la realidad de la situación cuando la raya se giró e invertimos los roles, qué susto cuando invertimos roles y empezó a perseguirme. No me daban las patitas para patalear hasta la lancha.
Asumida la realidad disfruté la libertad, me sorprendí con la naturaleza, parecía un nene chiquito descubriendo el mundo.
El tema fue después en el crucero. Tenía que volver a contactar al filipino con un pendrive para que me pase las fotos. Whatsapp tampoco había nacido entonces. Pero el problema no era cómo me pasaba la foto sino cómo lo reconocía. Me avergüenza reconocer que no podía reconocerlo. Otro juego de palabras. Inmediatamente después de que me sacó la foto tuve la sensación de que me iba a costar diferenciarlo entre sus compatriotas así que le pedí encarecidamente que sea él quien me busque. Los días siguientes cada vez que cruzaba un grupo de filipinos caminaba despacito esperando ser reconocida y finalmente me encontró.
Este era el chico, la foto que me sacó salí con los ojos cerrados buuuu.
¿Ya leiste la primera parte? ¿y la segunda parte, la del dentista?
Que lindos los pececitos!!!Cuándo me enteré de la RAYAAA!!!! Hacía unos días que una raya había matado al australiano, cazador de cocodrilos!!!!Hermosa experiencia!!!
Cuantas experiencias hermosas te animaste a vivir, te felicito Flor!