Días sin tí, Elvira Sastre. Dos personajes, dos tiempos, tres historias de amor, la de Gael, la de su abuela Dora y la relación de ambos. Me gusta como están intercalados los relatos.
Las cosas que perdimos en el fuego y Cómo desaparecer completamente. Había leido Este es el mar, que me atrapó pese a tratarse de un género que no está en la lista de mis preferencias -fantástico-. Entonces ahora empecé por los relatos y seguí con la novela. Los devoré. Relatos de terror cotidiano y novela en un contexto marginal, pocas oportunidades, desidia, drogas, alcohol, abusos.
Canción dulce de Leila Slimani. Desde el principio se sabe que la niñera asesinó a los dos chicos que cuidaba. El escenario es París y la dueña de casa es de origen magrebí (norte de África) como la autora. Luego narra los hechos desde la llegada de Louise y los motivos de la contratación. El relato es cronológico. Profundiza en las relaciones dentro de la casa y comparte la historia personal de Louise.
De vidas ajenas, Emmanuel Carrere. Autoficción. Dos muertes muertes cercanas en la vida del autor. El acompañamiento a unos padres que perdieron a su nena chiquita en el tsunamí del sudeste asiático donde el autor estaba de vacaciones con su familia. Y el acompañamiento de una familia que pierde a su mamá. Fallece la hermana del autor y él decide indagar en la falta de esa mujer para su familia y un amigo muy particular.
Frutos extraños, crónicas 2001 – 2008 de Leila Guerriero. ¡Excelente! Sin desperdicio. Una manera original y creativa de presentar personas y situaciones. Además, su propia historia de carrera y su visión sobre el periodismo y las crónicas.
La soledad de los números primos, de Paolo Giordano. La ópera prima de este físico italiano. Alice y Mattia dos chicos solitarios e infelices de clase acomodada y clase media. Sus vidas se cruzan en el secundario. Viven una relación o una no relación en su juventud. Tiene un twist interesante.
Estupor y temblores de Amelie Nothomb para leer de una sola sentada. Autoficción. La experiencia de la autora padeciendo su trabajo en una empresa japonesa en la década del 90. Un relato fresco, que genera impotencia, bronca y te saca sonrisas por cómo está narrado, sobre diferencias culturales abismales.
La vida privada de los árboles, Alejandro Zambra. Me gustó la historia, pero sentí que me faltó información ¿qué pasó finalmente?
Una noche con Sabrina Love, Un camino del héroe original y entretenida.